PROBLEMAS DE VISION. Señales de advertencia

 

Los exámenes de los ojos por parte del pediatra del niño son una buena forma para identificar problemas que su niño pueda tener con la visión. Los problemas que se identifican a una edad temprana tienen una mejor oportunidad de ser tratados con éxito.


¿Cuáles son las señales de advertencia de un problema de visión?

    

    Bebés menores de 1 año

  • Los bebés mayores de 3 meses deben poder seguir o “rastrear” un objeto, como un juguete o una pelota, con sus ojos a medida que se mueve a través de su campo visual. Si su hijo no puede lograr el contacto visual fijo a esta edad o, al parecer, no puede ver, hágaselo saber al pediatra del niño. Para más información lea: El desarrollo de la visión del bebé.

  • Antes de los 4 meses, la mayoría de los ojos de los bebés, en ocasiones, se ven desviados (estrabismo). Sin embargo, luego de los 4 meses de vida, cualquier movimiento del ojo hacia dentro o hacia fuera que ocurra de manera periódica es anormal. Si su hijo tiene alguno de estos síntomas, hágaselo saber al médico de su hijo.

    

    Edad preescolar


    Si los ojos de su hijo empiezan a desviarse, hágalo saber al médico de su hijo de inmediato. Sin embargo, es posible que los problemas de la visión, como el ojo perezoso (ambliopía), no tengan señales de advertencia y que su hijo no se queje de problemas de visión. Por lo tanto, en esta etapa es importante controlar la visión de su hijo. Existen pruebas especiales para revisar la visión de su hijo aun si todavía no puede leer.

    Todos los niños

    

    Si usted advierte alguno de los siguientes síntomas, hágaselo saber al médico de su hijo:

  • Ojos desviados del alineamiento (parecen bizcos, giran hacia afuera o no enfocan juntos).

  • Color blanco o grisáceo en la pupila.

  • Ojos que se mueven rápidamente de un lado al otro o de arriba abajo.

  • El niño suele quejarse de dolores, comezón o malestar en los ojos.

  • Enrojecimiento en cualquiera de los ojos que no desaparece en algunos días.

  • Pus o una costra en cualquiera de los ojos.

  • Ojos que están siempre llorosos.

  • Párpados caídos.

  • Ojos que siempre son sensibles a la luz.

Información adicional:


Fuente: Academia Americana de Pediatría

Comentarios