ALERGIA A LA LECHE

Una verdadera alergia a la proteína de la leche aparece en el primer año de vida, cuando el sistema digestivo del bebé todavía está inmaduro.

Síntomas


Los síntomas de la alergia a la proteína de la leche aparecen en cualquier momento, entre los primeros minutos y las primeras horas después de que el niño consume un producto lácteo, pero los síntomas más graves usualmente ocurren dentro de la primera media hora. Los síntomas más comunes son:
  • Salpullido
  • Problemas gastrointestinales/malestar estomacal
  • Vómitos y/o diarrea.
Los síntomas menos comunes incluyen sangre en las deposiciones.
En los bebés, si la alergia a la proteína de la leche afecta su sistema respiratorio, también pueden tener congestión nasal, secreción nasal, tos, sibilancias o dificultad para respirar. Además, la alergia también puede causar eczema, urticaria, inflamación, picazón o salpullido alrededor de la boca y en la barbilla, debido al contacto con la leche.
Si usted sospecha que su bebé tiene una alergia a la proteína de la leche, dígale a su pediatra y asegúrese de mencionar si hay historial familiar de alergias. Lleve a su hijo a la clínica del médico o a la sala de emergencias inmediatamente si
  • Tiene dificultad para respirar
  • Se pone de color azul
  • Está extremadamente pálido o débil
  • Tiene urticaria generalizada
  • Desarrolla inflamación en la cabeza y la región del cuello
  • Tiene diarrea sangrante

Tratamiento

Bebés alimentados con leche materna


Si su bebé alimentado con leche materna desarrolla una alergia a la proteína de la leche, su pediatra podría recomendar que usted siga una dieta libre de leche. (Debería tomar un complemento adicional de calcio además de la vitamina prenatal que ya está tomando.) Cuando destete a su bebé, retrase la alimentación con leche de vaca tanto como le sea posible y désela muy cuidadosamente al inicio, conforme las instrucciones de su médico.

Bebés alimentados con leche de fórmula


Los bebés con alergia a la proteína de la leche deben recibir alternativas como la leche de fórmula de soya o la leche de fórmula elemental, conforme a los lineamientos de su pediatra. Pídale a su médico que le recomiende una marca de leche de fórmula hipoalergénica hecha con proteína extensamente hidrolizada, la que es procesada de manera que evite las reacciones alérgicas. Él puede ofrecerle no solo guía sobre cuáles leches de fórmula seleccionar, sino también dónde comprarlas (no están disponibles en todas las tiendas).

Bebés de más de un año de edad


Si un pediatra sospecha que hay alergia a la proteína de la leche, primero tratará de eliminar completamente la leche y los productos lácteos por un período de tiempo para ver si hay alguna mejora. Si la hay, su niño podría necesitar un ensayo con leche; es decir, una introducción controlada de leche dentro de la dieta. Esto revelará si los síntomas disminuyen o desaparecen cuando se evita la leche y si vuelven a aparecer cuando se introduce de nuevo. Este ensayo de leche debe llevarse a cabo cuidadosamente y bajo la supervisión de un médico; no experimente tratando de introducir leche por decisión propia; hable con su pediatra. Los bebés que son alérgicos a la proteína de la leche pueden enfermarse rápidamente, aún si solo se han expuesto a una pequeña cantidad.
Un niño pequeño de más de un año que ha tenido alergia a la proteína de la leche deberá evitar el queso, el yogurt, el helado y cualquier alimento que contenga leche. Necesitará un sustituto de leche como la leche de soya; si también es sensible a la proteína de la soya (algunos niños son alérgicos tanto a la soya como a la leche), su médico puede sugerir otro sustituto de la leche.
Su pediatra puede usar varios medicamentos adecuados para tratar una reacción a la leche; estos incluyen antihistamínicos y medicamentos contra el asma (si las sibilancias están entre los síntomas de la alergia de su hijo). Sin embargo, el principal “tratamiento” es eliminar la leche y los productos lácteos de la dieta de su hijo. La mayoría de niños eventualmente crecerá y superará la alergia cerca de las edades entre dos y cinco años; esta alergia rara vez dura hasta la adolescencia.
Por cierto, asegúrese de decirle a todas las personas que cuidan a su hijo (incluso las niñeras y los que están en los entornos de atención a niños) acerca de la alergia a la proteína de la leche que su hijo tiene para que no le den leche por error.

Prevención


Como se mencionó antes, la lactancia materna para un bebé es la mejor manera de prevenir que una alergia a la proteína de la leche se desarrolle en un recién nacido. Particularmente si alguno en su familia inmediata tiende a las alergias, debe planear amamantar a su bebé; la investigación ha demostrado que el amamantar por lo menos por cuatro meses (algunos recomiendan amamantar exclusivamente durante seis meses o más) puede prevenir o retrasar el desarrollo de alergias a la leche de vaca. Cuando eventualmente introduzca otros alimentos en la dieta de su bebé, querrá hacerlo gradualmente (un alimento nuevo a la vez o con intervalos de dos semanas), observando si no hay señales de alergia.
Si no puede amamantar, pídale a su pediatra que le ayude a seleccionar una leche de fórmula adecuada (como se mencionó anteriormente).


Academia Americana de Pediatría

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