PROTECCIÓN SOLAR EN LOS NIÑOS

El sol, que tanto nos beneficia, también puede resultar perjudicial para nuestra salud. Los niños deben disfrutar del sol pero sin correr riesgos.


El Sol es la fuente de la vida en nuestro planeta y sus efectos son, en muchos aspectos, beneficiosos para la salud.

En los últimos años, no obstante, se ha detectado un aumento alarmante en el número de casos de cáncer de piel y se sabe que las radiaciones solares, además de ser causantes de quemaduras, envejecimiento cutáneo precoz y desarrollo de cataratas oculares, producen efectos cancerígenos sobre la piel. Está comprobado que los rayos ultravioleta (UV) son los principales responsables de esta situación.

Especialmente los bebés y los niños más pequeños (menores de 3 años) son los más sensibles a los efectos nocivos de estas radiaciones.

Para prevenir este efecto dañino del sol sobre nuestro organismo, deben establecerse conductas y medidas (hábitos) de fotoprotección (protección del sol) que prevengan la exposición excesiva a las radiaciones solares. Estas precauciones han ser puestas en práctica, no solo en playas, piscinas y estaciones de montaña, sino también siempre que se practiquen deportes al aire libre o se acuda a espectáculos u otras actividades que se lleven a cabo en espacios abiertos.



Cuáles son los mejores métodos para protegernos del sol?


Las medidas más importantes son:
  • Evitar la exposición prolongada al sol, sobre todo en las horas centrales del día
  • Buscar sombras en los espacios abiertos o proveerse de sombrillas.
  • Usar cremas o lociones con filtro solar que sean resistentes al agua (si no fuera así, aplicar repetidamente), con un factor de protección 15 o superior y mínimo 30 para los niños.
  • Usar sombreros con ala que cubran el rostro y los hombros.
  • Utilizar ropas que cubran buena parte del cuerpo, como camisetas con mangas y pantalones de tipo bermudas, cuando se permanezca en áreas soleadas.
  • Llevar anteojos de sol oscuros, con filtro para rayos UV. Esto protege la delicada piel que rodea los ojos y previene además el desarrollo precoz de cataratas.
En cualquier caso, conviene que la exposición solar en la temporada veraniega se realice de forma paulatina, aumentando gradualmente el tiempo que se está al sol.

Preguntas y respuestas sobre la fotoprotección.

P: No te puedes quemar en un día cubierto
R: Falso. Aunque las nubes atenúan la radiación UV, la radiación difusa es suficientemente intensa como para quemarte, a no ser que las nubes sean bajas y gruesas.

P: Demasiado sol es peligroso, independientemente de la edad. 
R: Verdadero. La piel humana y el sistema inmunológico son sensibles a la radiación UV durante todo el ciclo vital.

P: Las cremas solares me protegen, así que puedo tomar el sol mucho mas tiempo  
R: Falso. Las cremas solares protegen, pero su eficacia decrece después de la aplicación. No se debe estar al sol mas tiempo del indicado por el "Factor de Protección Solar" (SPF). 

P: Deberías evitar el sol en verano entre las 12 y las 17 horas
R: Verdadero. Debido a la mayor elevación solar, la radiación solar UV es muy alta en las horas centrales del día.

P: Si no siento calor cuando estoy al sol, no me quemaré  
R: Falso. La radiación UV no se siente porque es absorbida por las capas mas externas de la piel. La sensación de calor procede de la radiación infrarroja, no de la UV.

P: La radiación UV no afecta solamente a la piel, sino también a los ojos 
R: Verdadero. Las quemaduras de piel son posiblemente el efecto más conocido, pero la radiación UV puede dar lugar al desarrollo de cataratas y a ceguera transitoria en lugares nevados.

P: Simplemente vuelve a aplicarte crema solar para estar mas tiempo al sol.
R: Falso. Las cremas solares sólo protegen durante algún tiempo, después del cual la exposición a la radiación UV es dañina. 

P: La gente con piel clara y pelirroja es especialmente sensible a la radiación UV. 
R: Verdadero. La gente con esta combinación de piel y pelo es el grupo de población más sensible. 

P: El bronceado te protege de quemaduras por el sol 
R: Falso. El bronceado es una reacción de la piel a la exposición a la radiación UV y sólo protege parcialmente.

P: Los efectos negativos de las quemaduras por el sol son acumulativos
R: Verdadero. La capacidad del cuerpo humano de proteger y reparar daños producidos por la radiación UV decrece a lo largo de la vida. 

P: El sol en invierno y primavera no es peligroso. 
R:  Falso. La intensidad UV depende también de la latitud, de la altitud y de la reflexión del suelo, como por ejemplo la nieve.

P: Se debe proteger especialmente a los niños.
R: Verdadero. Debido a la mayor sensibilidad de su piel y a los efectos acumulativos de las quemaduras.

P: Se debe tener en cuenta la reflexión de la radiación UV por parte del agua y la arena.
R: Verdadero. La radiación solar directa y la radiación difusa reflejada por el suelo son igualmente importantes.

P: Es necesario estar al sol debido a que la vitamina D se sintetiza con ayuda de la radiación UV. 
R: Falso. El tiempo de exposición necesario para la producción de vitamina D es tan corto, que es suficiente con la radiación UV recibida durante nuestras actividades diarias al aire libre.

P: Cuanto más cortas son las sombras, más peligroso es el sol.
R: Verdadero. Cuando las sombras son cortas la elevación solar es alta y la radiación solar es más intensa.

P: No te puedes quemar mientras estás en el agua.
R: Falso. El agua atenúa la radiación UV, pero te puedes quemar más fácilmente nadando.

P: A mayor altitud, es más fácil quemarse.
R: Verdadero. Cuanto mayor es la altitud, la atenuación de la radiación UV por la atmósfera es menor.

P: La protección contra el sol más económica y efectiva es la sombra
R: Verdadero. La sombra protege de los rayos directos del sol, pero de todos modos hay que protegerse de la radiación difusa.


Asociación Española de Pediatría

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