LA LECHE MATERNA

El mejor alimento que puede ofrecerse a un lactante es la leche de la madre.

Es la leche más adecuada para el crecimiento (peso- talla- cráneo) y para el desarrollo cerebral después del nacimiento.

La leche materna es un alimento completo y aún cuando puedan imitarse artificialmente todos sus componentes, no se podrá lograr que sea igual a la natural.

Varía considerablemente según las necesidades, es distinto si el bebé es prematuro o a termino. Al inicio de la succión es más acuosa, para calmar la sed del niño además de contener más hidratos de carbono (lactosa) durante las 2-3 semanas y otras variantes fisiológicas y favorables. Así tenemos el calostro, la leche de transición y la leche madura.

Son muy conocidas las inigualables propiedades nutricionales de la leche materna, la gran calidad biológica de sus proteínas e hidratos de carbono, grasas, vitaminas y minerales. A ellos debemos agregar otros contenidos que la hacen muy beneficiosas: hormonas, enzimas, factores inmunológicos que lo hacen incomparable.

Su actividad antiinfecciosa es múltiple, destaca la presencia de una proteína protectora del intestino (IGA) cuya función es evitar que los gérmenes (bacterias, virus) se adhieran a la pared del intestino.

Actúa además como factor protector para atenuar o evitar reacciones alérgicas.

Vamos a un resumén de todas sus ventajas:

a) Mejor tolerancia digestiva
b) Mejor estado nutritivo
c) Mayor protección inmunológica
d) Menor riesgo de iniciar procesos alérgicos
e) Mejor evolución emocional
f) Menos enfermedades
g) Menos obesidad, hipertensión, arteriesclerosis a largo plazo.

Si no hay impedimentos (madre enferma o con consumo de medicamentos) es muy conveniente la alimentación exclusiva con leche materna hasta los 6 meses y continuar con la misma leche incluso hasta los 2 años, a medida que se vayan sumando los alimentos sólidos.

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