PREVENCIÓN DE AHOGAMIENTOS EN EL AGUA


El mar, las piscinas y los ríos son muy frecuentados en verano por niños y adolescentes.

Con la llegada del verano, desgraciadamente aumenta el número de ahogamientos. Suponen la segunda causa de muerte entre el año y los 19 años y son debidos fundamentalmente a la falta de precaución de los padres, de los propios jóvenes y de las autoridades.

En los menores de 5 años, el lugar más frecuente es la piscina de la casa o edificio donde no siempre se cuenta con un vallado de seguridad adecuado, que se ha demostrado  puede disminuir las muertes por ahogamiento hasta en un 95%. No obstante ningún sistema puede reemplazar la vigilancia de los padres o cuidadores del niño o la niña.

Una circunstancia que se da con relativa frecuencia es cuando se llega  a los lugares de veraneo, y mientras los padres trasladan el equipaje del coche a la vivienda, el niño o la niña se dedican a explorar los alrededores donde puede haber una piscina no protegida y ahogarse en ella.

Por otro lado, a una mayor edad se comienza a practicar deportes y juegos relacionados con el agua, como el buceo o submarinismo, ski acuático, vela, canoa, motos náuticas o acuden a parques acuáticos. También la legislación es deficiente en estos casos, no contemplando que a ciertas edades tempranas el niño no está capacitado para ciertas actividades y que puede sufrir distintas lesiones, graves, con secuelas importantes, como la hipotermia por sumersión en aguas frías o cálidas durante más de 25 minutos, o las derivadas de la caída desde embarcaciones, sin chaleco salvavidas homologado.

En los adolescentes aumenta el peligro de ahogamiento y las lesiones relacionadas con el agua cuando se asocia el efecto del alcohol, lo que lleva consigo una valoración deficiente de los riesgos, incapacitando al joven para reaccionar adecuadamente. También a esa edad, la figura de los padres es muy importante y difícilmente reemplazable.

En las zonas rurales también se producen ahogamientos en ríos, arroyos, pantanos o pozos que, en general, no están vigilados.

En las playas, la falta de señalización o vigilancia también aumenta el riesgo.

Conclusión: el ahogamiento es para la infancia y la adolescencia un problema medioambiental que debemos adaptar para cada etapa en el desarrollo del niño o niña según sus posibilidades y que afecta a los más vulnerables de la sociedad.


Consejos de Prevención
  • Vigile siempre al niño cuando está en el agua, sobre todo cuando es pequeño
  • Póngale flotadores si no sabe nadar y aún así vigílelo
  • Ponga una valla, que se pueda cerrar, en su piscina privada y manténgala cerrada mientras no se use.
  • Enseñe a nadar al niño lo antes posible y no deje de vigilarlo
  • Tenga en cuenta que los niños de corta edad pueden ahogarse con poca cantidad de agua
  • Eduque a su adolescente para que sea responsable a la hora de bañarse
El 90% de estos accidentes ocurren en el hogar, especialmente en la cocina cuando se está preparando la comida. También son muy habituales las que se producen durante el aseo.

Asociación Española de Pediatría


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